Lo que necesita saber

El cabello imparte personalidad a nuestro rostro. La pérdida de cabello carga un impacto emocional muy fuerte. Los trasplantes y los remplazos de cabello son tratamientos distintos para solucionar la calvicie; pero aplicados por manos equivocadas pueden convertirse en una pesadilla.

Un trasplante mal hecho quizá motivó a Bill Maher a describir el pelo de Trump como: Mr. Clean con un hurón muerto engrapado en la cabeza. Un mal reemplazo de cabello fue descrito en este artículo de Jezebel.com como algo peor que quemar una bandera.

Seleccionar entre un trasplante o reemplazo de cabello debería requerir mucha investigación. A fin de cuentas, encontrar la verdad puede evitar que maltrate más su autoestima o pierda tiempo y dinero.

Diferencias entre un trasplante y un reemplazo

Los trasplantes o injertos de cabello nacieron en la década de 1950. Requieren una evaluación médica y son invasivos porque aplican anestesia e inyecciones al cuero cabelludo. Hay dos tipos de trasplantes: la Cirugía Folicular Tira Unidad (FUSS, por sus siglas en inglés) y la Extracción de Unidades Foliculares (FUE).

Los trasplantes requieren extraer unas seis a diez pulgadas de folículos de la parte posterior de la cabeza. Luego el área se sutura y se cubre con el pelo restante en dicha área. Esas tiras de cabello extraídas se insertan en los folículos cerrados con bisturí o agujas para forzar el crecimiento de cabello.

El reemplazo o prótesis de cabello, es un tratamiento no quirúrgico que nació en la década de 1980. Se necesita una evaluación capilar clínica y no es invasiva porque no requiere inyecciones, cirugías o dolor. Hay dos tipos de reemplazos: el estándar y el personalizado.

Los reemplazos son membranas finas a las que se les cose cabello humano o sintético «a mano» y hebra por hebra. Los estándar vienen en tamaños, color y densidad genéricas. Los personalizados se aplican con el tamaño, color y densidad específica de cada persona. Las membranas se adhieren al cuero cabelludo con adhesivos quirúrgicos de larga duración y sin efectos secundarios.

¿Cuánto tiempo toman?

Los trasplantes son cirugías que pueden extenderse de cuatro a ocho horas o variar por persona. Algunos pacientes pueden requerir más de una cirugía. Luego el cirujano vendará el área por uno o dos días y podrá recetar antibióticos o anti inflamatorios. La mayoría de los pacientes pueden regresas a sus trabajos entre dos y cinco días luego de la cirugía. Más de la mitad comenzará a notar el crecimiento del cabello nuevo luego de seis meses.

El reemplazo solo requiere una evaluación capilar que toma hasta una hora. Aplicar un reemplazo puede durar entre una y tres horas o variar en casos particulares sin necesitar otro procedimiento. No hay dolor, ni necesidad de vendar o tomar medicamentos. La persona puede regresar a su trabajo el mismo día. Los resultados son inmediatos.

¿Riesgos y costos?

El trasplante varía por cada persona. Por lo general, cuesta entre $4,000 a $15,000 dólares. La mayoría de seguros médicos no los cubren. Los riesgos de sangrado o infecciones son inherentes a los de una cirugía. Las cicatrices o el crecimiento de cabello con apariencia poco natural también son posibles. Sus razones tuvo Robert Prince, cuando afirmó: «Existen más cirujanos malos que buenos en restauración de cabello». De hecho, este mismo autor aseguró que no hay tal cosa como trasplantes sin cicatrices.

El costo de un reemplazo de cabello profesional también varía por cada caso. Por lo general, oscila en menos de $1,000 dólares. Los planes de seguro no los cubren pero no hay riesgos de salud porque los materiales para su aplicación no tienen efectos secundarios. No hay cicatrices y el aspecto luce 100% indetectable y natural.

¿Regulación y cumplimiento?

La industria de trasplantes de cabello no está regulada ni por el gobierno ni en la medicina, según la American Hair Loss Association. Por eso, cualquier cirujano sin adiestramiento o acreditación puede dar el tratamiento. En el caso de reemplazos de cabello tampoco hay regulación y aunque cualquiera pueda proclamarse apto para su implementación, los profesionales toman educación continua y adiestramientos.

A fin de cuentas cada persona es libre de elegir cómo solucionar su falta de cabello. Lo cierto es que no hace falta investigar demasiado para entender que con el reemplazo de cabello es menos probable que quiera dar vuelta atrás sin poner en riesgo su vida o autoestima.

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